La medicina no es una ciencia exacta. Los médicos son tan susceptibles de fallar en su trabajo como lo podría ser un mecánico o un peón. En ocasiones son errores inevitables, pero en muchas otras, sus pacientes sufren secuelas o efectos secundarios muy perjudiciales. En este breve artículo queremos explicar cómo se puede reclamar una indemnización por negligencia médica.
En primer punto, es necesario demostrar que el médico ha incumplido la diligencia que le exige el deber profesional (lexartis).
Luego hay que demostrar que ha existido un daño efectivo. Es decir, que ha habido un efecto negativo, existente y real, como consecuencia del tratamiento. Puede ser un perjudicio puramente estético, como sería una cicatriz.
Por último hay que demostrar el nexo de causalidad. Es decir, que el daño sufrido deriva de un incumplimiento de la lexartis por parte del médico.
Es frecuente que antes de comenzar los tratamientos, el médico haga firmar al paciente un documento informando de los riesgos. Es necesario que este documento informativo prevenga de todos los riesgos típicos y específicos de cada caso. Pero no es necesario que informe de los peligros infrecuentes o excepcionales, a menos que sean de gravedad extraordinaria.
Siempre es imprescindible que el paciente reclame su expediente médico. Porque muchas veces con estos documentos ya se puede detectar la negligencia.
– Reclamaciones por medicina y cirugía estética.
Un caso particular dentro de la negligencia médica es la relacionada con la medicina voluntaria. En estos casos el paciente está contratando la obtención de un resultado (una mejora estética) equiparable a un contrato de arrendamiento de obra. Esto implica una obligación de resultado; y en el caso de que el cliente no obtenga la satisfacción esperada, no está obligado a pagar el tratamiento. Es decir, se puede producir responsabilidad aunque el médico actuara conforme a las normas de la lexartis, ya que la frustración de la finalidad del contrato puede generar una obligación de indemnizar.
Hay que tener en cuenta además, que la incertidumbre sobre la diligencia del médico (por ejemplo, para que la pericial del demandante se contradice con la del demandado) siempre favorece al paciente.
Es imprescindible también comprobar si se informó de los riesgos. En muchos casos sólo se dan documentos genéricos que no contienen una información bastante detallada sobre la importancia del tratamiento (sobre todo en la cirugía), el postoperatorio, los posibles efectos secundarios y el riesgo. La jurisprudencia reclama que la información sea siempre objetiva, veraz y completa, suficiente para dar un consentimiento libre y voluntario. En los casos de medicina voluntaria, el requisito de información es especialmente exigente. Incluye un cálculo de las probabilidades del resultado y cualquier secuela o complicación, aunque sean temporales o infrecuentes. Ya que si el paciente todos los riesgos es probable que se niegue a someterse a una intervención de este tipo.
Siempre es importante contar con la ayuda de un perito médico que pueda demostrar el incumplimiento de la lexartis y el grado de negligencia del médico responsable. CALDUCH ABOGADOS dispone de estos expertos y de juristas que pueden ayudarle en una reclamación de este tipo.